Pero el domingo a las 16:00, cierran el aeropuerto de Bilbao de nuevo, la explicación la misma, la nube volcánica pero esta vez sin decir nada mas. Efectivamente mi vuelo no sale y hay que buscarse una forma alternativa para viajar. El lunes aun había retrasos con los aeropuertos pero empezaban poco a poco a funcionar todos. Y el martes de nuevo vuelve el caos, y digo que vuelve el caos, porque me dispongo a informarme en las paginas web tanto de Iberia, aerolínea con la que viajo, como en Aena, y en ninguna de las dos encuentro información clara. Llamo una y otra vez a ambos teléfonos de atención al cliente, pero no obtengo repuesta. Finalmente logro hablar con una señorita de atención al cliente de Iberia y me dice lo mismo que la pagina web, que hay cuatros vuelos anteriores al mío cancelados pero que no saben que sucederá con el mío.
Decido ir al aeropuerto para ver que sucede y, tal y como me imaginaba, colas interminables en los mostradores de atención al cliente y ni un alma en los mostradores de facturación. Había tan solo seis personas para atender a las cientos de ellas afectadas por la cancelación de sus vuelos. Mi pregunta como estudiante de publicidad y relaciones publicas es: ¿quién estará manejando este momento de crisis? ¿y la información? Nadie les ha enseñado que lo importante en todo momento es informar de la situación y ser claros. Creo que es algo que nos han inculcado en esta facultad desde nuestros primeros días en ella. Algo primordial para toda aquella persona que se dedica a la comunicación. Pero obviamente Iberia o Aena no lo tuvieron muy en cuenta.
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